Prefacio
Sentía
el corazón desbocado en mi pecho, la sangre hirviendo en mis venas y
un profundo dolor en el alma. En menos de dos segundos mi vida se
había convertido en un infierno del cual me era imposible escapar.
Solo
quería correr, salir huyendo de aquella pesadilla pero mi cuerpo no
reaccionaba, estaba ahí, inmóvil como una estatua sin pronunciar
palabra. Entonces una voz me devolvió a la realidad, era él, el
culpable de todo mi sufrimiento, el hombre que me había partido en
dos el corazón dejándolo en el más profundo silencio…
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