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El Despertar
– ¡Victoria!
Despierta o llegarás tarde al instituto.
¡Oh
que asco, ya ni me acordaba... el instituto! Qué rápido me han
pasado las vacaciones. ¡Dios! Otra vez la maldita rutina, qué
ganas…
–¡¡¡Victoria
Jessica Cortés White!!!
¡LEVANTATE
AHORA, SI NO QUIERES QUE VUELVA A GRITARTE!
–¡Vale,
vale! Ya voy mamá, ¡no estoy sorda! Qué remedio, tendré que
arreglarme.
Me
levanté y fui hacia el espejo que había enfrente de mi cama,
obviamente estaba horrible así que empecé a rebuscar en mi tocador.
Al final conseguí mejorar lo suficiente como para estar presentable
y poder cambiarme. No quería llamar mucho la atención (y menos
el primer día de clase), así que me decanté por una blusa roja
de manga corta, unos leggins y unas botas. Después de estar buscando
mi pulsera de la suerte por toda la casa (durante casi quince
minutos) me dirigí hacia el instituto.
Antes de llegar
me observé en los cristales de un todo terreno; durante las
vacaciones de Navidad me había dedicado a estar con la familia y no
me había preocupado para nada mi aspecto, ahora, mirándome en ese
reflejo, costaba creer que esa chica alta, morena de ojos castaños
fuera yo. Dejé atrás el coche y me centre en buscar a mis amigas,
solo tarde un par de segundos, pues una de ellas ya me estaba
llamando a gritos.
–¡Nessy,
Nessy!
Se trataba de una de
mis mejores amigas; Bárbara (más conocida como Barbi). Nessy
era su manera de llamarme “dulcemente” (aunque yo no soportaba
ese mote). Barbi seguía igual, con su larga melena rubia, sus
ojos café oscuro y su ropa divina. Justo a su lado se encontraba
Anaíd Rivera White; no era solo una de mis mejores amigas, también
era mi prima. A diferencia de ella, Ann (así la llamaba yo)
tenía el cabello ondulado y se había hecho algunas mechas para
aclarar su melena de color castaño, sus ojos eran igual a los míos,
físicamente nos parecíamos bastante eso provocaba que la gente
pensase que éramos hermanas (algo que nos encantaba ya que nos
queríamos como si lo fuésemos). La única diferencia entre
nosotras era el estilo de vestir, Ann acostumbraba a llevar siempre
vaqueros con camisetas muy modernas y yo era más bien de llevar
faldas y leggins, aunque eso cambio con el tiempo. Fui corriendo a
abrazarlas (me encantaba estar con ellas), eran mi apoyo tanto
en la vida como en el instituto.
–¡Vicky! Qué
bueno verte, estas vacaciones no nos hemos visto mucho. Y mira que
somos familia!
–¡Hey chicas!
–Intervino Barbi– ¿cómo han ido las “vacas”? Yo opino que
son muy cortas…
–¡Ya ves!
–Respondí– sería necesario más de tres meses
por
lo menos, o quizás un año! Jaja
–Si,
en eso tienes razón Barbi son muy cortas! –Dijo Ann– Oye Vicky,
cambiando de tema, tú y ya sabes... no habrás tenido que verle,
verdad?
¡Dios!
Nada más llegar y empiezan a recordarme-lo, qué cruz. Si, para mi
fastidio tuve que encontrarme durante las vacaciones con la persona
que más daño me hace (y
encima sin saberlo).
Así era mi vida, enamorarme del chico equivocado en el momento
equivocado, solo espero poder encontrar a alguien que me ayude a
olvidarle…
–Sí,
me lo encontré un par de veces…pero…no le hice ni
caso.
Ya sabes... pasando de ese perro! Jaja
–Así
me gusta Vic que pases de él. –Dijo Ann– olvidarlo es lo mejor
para ti, además ya sabes que el y tú…
–¡Tengo
una idea! –Volvió a intervenir Barbi– ¿y si salimos esta
noche? Quizás incluso llegues a conocer a alguien, un amigo para
toda la vida o ya sabes... un ligue!
–No
se chicas, no me veo capaz…
–Venga
Vic sabes que solo hacemos lo mejor para ti. Yo me apunto B, ¡cuenta
conmigo!
–¡Fantástico!
Nessy que dices, ¿te vienes?
–(Que
iba a hacer, ya
no podía negarme)
Está bien chicas, contad conmigo.
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